En la ciudad de León, Guanajuato, donde el calzado reina como rey, encontramos un taller que se distingue del resto: Atelier Amareto. Donde, Gustavo López, un artesano con alma de artista, transforma el cuero en piezas únicas que desafían lo ordinario.
Gustavo cuenta con 35 años de experiencia en la industria del calzado, sin embargo, un día decidió dar un giro hacia la elaboración artesanal, esto hace más de 10 años; este cambio fue motivado por el fuerte deseo de crear piezas personalizadas y llenas de pasión, que solo el cuidado que solo las manos expertas pueden ofrecer.
HECHOS A MANO
En Atelier Amareto, cada zapato es una obra de arte. La construcción artesanal, meticulosa y paciente, contrasta con la impersonalidad de la producción industrial. Donde estos exigentes pasos aseguran una gran calidad, por lo consecuente no se sacrifica a la velocidad de realización de cada par de calzado.
«Un zapato industrializado es una total despersonalización, tanto de la gente que lo hace como de la gente que lo usa, pero aquí detrás de cada zapato hay una historia», señaló Gustavo López.
Esto ya que los clientes no solo compran calzado, sino que se convierten en parte del proceso creativo, plasmando sus ideas y deseos en cada detalle, para posteriormente verlos materializados físicamente.
El primer zapato del taller, un botín que hoy se conserva como un tesoro, es un recordatorio del camino recorrido. Un camino de aprendizaje constante, de perseverancia y de pasión por este oficio tan noble.
«Al principio, cuando decidimos optar por este tipo de negocio, fue básicamente el modelo de negocios; el negocio del zapato a nivel industrial pedía mayor inversión, instalaciones más grandes, depender de clientes morosos, en fin, este modelo negocios está un poquito complicado y volteamos los ojos a hacerlo artesanal porque pedía menos inversión, porque había cierto mercado aunque restringido, es un mercado muy noble y también por el encanto de hacerlo a mano», mencionó Gustavo.
Actualmente, Gustavo y su equipo de trabajo, dominan diversas construcciones, desde la noruega hasta la sachetto, y experimenta con diferentes acabados, como las patinas. Su objetivo: ofrecer un abanico de posibilidades para que cada cliente encuentre el zapato perfecto.
EL ARTE SE RESISTE A MORIR
A pesar de la escasez de mano de obra joven interesada en este oficio, Gustavo tiene la fortuna de contar con un equipo de artesanos experimentados, algunos de ellos con más de 60 años de experiencia en las mejores fábricas de calzado, quienes compartieron la idea de realizar un calzado menos industrializado y cada vez más artesanal y por ende único.
El precio de un zapato artesanal no solo refleja el trabajo manual, sino también la historia, la pasión y la dedicación que hay detrás de cada pieza. Un valor que los clientes.
«Curiosamente, no tenemos clientes en León, yo quiero pensar que es porque hay tanta demanda y hay tanto aparador que la gente se va por eso, pero tenemos la suerte de tener clientes en toda la república, como Tijuana, Mérida, Tabasco, Chiapas, México, DF, Guadalajara, Monterrey, de todos lados. Hay algunas piezas que hemos mandado fuera del país, en Estados Unidos es lo más socorrido, no se considera exportación, pero hay gente que con la potencia de las redes, nos ubican y nos piden pares de zapatos», señaló el artesano zapatero.
LOS SUEÑOS SE CONVIERTEN EN ZAPATOS
«Cuando llega el cliente, trae una caja de pandora: yo quiero esto, yo quiero esto otro, y me le pone esto, lo quiero con moñito, y hay que atenderlo. Muchas veces no sabemos hacer el zapato que nos trae, no aceptamos el compromiso hasta no dominarlo, entonces cuando guste ya sabemos hacerlo; no nos gusta quedarnos en una sola construcción, en un solo concepto, queremos dominar muchas cosas y ofrecerlas», dijo Gustavo López.
«Para mí todos los clientes son importantes. Es un oficio hermoso y es muy complicado hacer un par de zapatos, la gente al momento que los compra, desconoce todo el trabajo que hay detrás de un solo par de zapatos, a veces denostamos los oficios, no te cobro por lo que hice, sino por lo que sé. Además, la artesanía debe tener un trabajo especial, no se puede tratar igual un producto artesanal a uno industrial», finalizó.
Para más información: Instagram: @atelier.amareto Dirección: Díaz Mirón 407, colonia San Juan de Dios, León, Guanajuato