El Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) tuvo el enorme privilegio de contar en el Teatro de la Ciudad con la conferencia magistral de uno de los actores más multifacéticos de México: Joaquín Cosío.
Acompañado de Emilio Portes, director de su más reciente filme, El precio de educarlos, Cosío compartió con el público anécdotas y consejos que salieron de forma natural desde los inicios de su carrera como actor, hasta las diferentes experiencias que ha tenido al momento de entrar a castings o al actuar en películas como 007: Quantum.
Nacido en Tepic, Nayarit, en 1962, y viviendo su infancia en el norte del país, fue durante su etapa preparatoriana que encontró su verdadera vocación y la pulió a través de los escenarios: “El teatro es la plataforma de todos los actores, es el que te enseña a construir el personaje”. Para él, la escuela de actuación de quienes se dedican a su misma profesión no importa, ya que al final las técnicas podrán ser diversas pero todas deben llegar a lo mismo: a la verosimilitud. “Trabajamos para que alguien se divierta, goce, aunque sea una película de terror”.
Está consciente de los desafíos que conlleva su vida profesional: “Yo no me considero un actor muy sagaz; sin embargo, más aptitudes escasas han funcionado gracias a la intuición, que es un sentido del gran actor y artista”, expresa. Acepta que su carrera tiene algunos beneficios, pero más allá de la fama que se le atribuye a ser actor, ve su labor con diversión: en el momento en que yo vea esto como una obligación laboral, ya se me acaba mi carrera”, exclama. “Es divertidísimo, esa es la ventaja de los actores: vivimos en un mundo de ficción donde todo es de a mentiritas”.
“Eres un orgullo para esta industria y es un placer homenajearte”
Con vítores en el Teatro de la Ciudad, el actor Joaquín Cosío recibió un distinguido homenaje del Festival Internacional de Cine Guanajuato la noche del 27 de julio, en el cual le fueron entregadas la Cruz de Plata de Más Cine y la Medalla de la Filmoteca UNAM.
La alfombra roja al aire libre arrancó con gran expectativa por parte de los medios de comunicación y los irapuatenses que esperaron con paciencia al intérprete de formidables personajes como Mascarita de Matando Cabos y El Cochiloco de El infierno. Mientras arribaba a la Plaza del Artista, ubicada al exterior del Teatro de la Ciudad, hicieron acto de presencia personalidades como Ianis Guerrero, Kristyan Ferrer, Martha Claudia, Ximena Ayala, Ana Claudia Talancón, Diana Bovio y el director del estreno mundial de la noche, Emilio Portes. Cosío cerró la alfombra roja deteniéndose con cada fan que tuvo oportunidad de obtener una foto que, con gusto, se tomó.
Diana Bovio e Ianis Guerrero fungieron como los primeros presentadores de esta ceremonia dedicada a uno de los actores más apreciados por los mexicanos, siendo elogiado por la actriz con palabras como “eres un orgullo para esta industria y es un placer homenajearte”. También subieron al escenario Kristyan Ferrer y Ximena Ayala para continuar deseando palabras al histrión que se robó la noche al llegar frente al público.
“Esta es una carrera muy generosa, muy difícil, pero al mismo tiempo te da regalos como este”, dijo antes de recibir los galardones que reconocen su trayectoria. “Agradezco a quienes me dieron la facilidad de hacer cine, es una lista bastante larga, a quienes me dieron un papel cuando nadie me conocía y que vino de manera inesperada, sorpresiva. Me siento orgulloso de incorporarme a la lista de creadores que han recibido estos reconocimientos”.
El Teatro se llenó de aplausos cuando llegó el momento en que la directora del festival, Sarah Hoch, y Jorge Martínez Micher, subdirector de Difusión de la Filmoteca de la UNAM le entregaron la Cruz de Plata de Más Cine y la Medalla de la Filmoteca UNAM. Los aplausos y expresiones de celebración no faltaron para ovacionarlo.
Posteriormente subió Emilio Portes a presentar su nueva película, El precio de educarlos, protagonizada por Cosío y Angélica Aragón, junto a Michelle Rodríguez e Ianis Guerrero. Esta película significa la tercera ocasión que Portes y Cosío trabajan juntos, tras Pastorela y Belzebuth.