El serial taurino de León 2016 tuvo un inicio prometedor, en el que Juan Pablo Sánchez y Arturo Saldívar cortaron una oreja cada uno. El español Manuel Escribano, primer espada, escuchó palmas en sus dos toros.
La corrida contó con el regreso de los menores de edad a la plaza La Luz, luego de que la empresa obtuvo un amparo contra el reglamento municipal que prohíbe el ingreso de los niños a la fiesta brava. Aun así, el coso registró apenas poco más de media entrada.
BUENA PRESENTACIÓN
Manuel Escribano, en su primera comparecencia en La Luz, recibió de rodillas a Justicia Divina. Breve y lucida serie con la capa, y muy destacados pares de banderillas, exigidos por el público cuando los subalternos se disponían a colocarlos. Escribano demostró su característica destreza en el segundo tercio; con la franela toreó pausado y casi clavado al suelo, y logró los mejores pases, muy largos, con la derecha. Lo despachó con una estocada entera, y recibió aplausos.
En su segundo toro, cuarto de la tarde, lo recibió también de rodillas; practicó un toreo más festivo tratando de ganarse al público, ejecutando vistosas verónicas con el percal, banderilleando, y acercándose de más con la muleta. Un metisaca y una estocada entera, para despedirse con palmas
JUAN PABLO, FIGURA
“Para perdurar”, primer toro de Juan Pablo Sánchez, ofreció un juego complicado aunque el aguascalentense le encontró faena por la derecha. Comenzó con pases alejados, pero poco a poco fue pegando el cuerpo, mostrando creatividad y temple ante un animal que entregó largas embestidas. Mató de media estocada.
A su segundo toro, “Pijul”, quizás el mejor del encierro, lo aprovechó a la perfección apenas salió al ruedo. Se ganó al público con un toreo arriesgado, pero con ritmo. Ligó una cadenciosa sucesión de naturales, luego otra por derecha, para hacer estallar el ¡olé! en tribuna. El estoconazo puso al público de pie, pero por error del cachetero escuchó un aviso. Aun así, desde los tendidos se exigió una oreja, que el juez concedió.
SALDÍVAR: BIEN Y BONITO
El tercero de la tarde, “Bien y bonito”, fue otro excelente ejemplar de las dehesas de Joaquín Hamdan. Arturo Saldívar quería dar espectáculo y lo logró, conquistando a los asistentes. Ayudaron a ello unas zapopinas bien ejecutadas, a las que el toro acudió en todo momento. Con la franela demostró gran técnica, templando largo y echando la muleta abajo. Con estocada completa, se ganó a toda ley una oreja que, como detalle, regaló a uno de los niños asistentes.
Saldívar no pudo hacer gran cosa con el sexto y último de la tarde, negado a la embestida desde la suerte de varas, mal banderilleado e imposible de lidia, que despidió con silencio el primer festejo de la temporada.
La próxima corrida, la tradicional del 20 de enero, tiene en cartel a Diego Urdiales, Diego Silveti y el peruano sensación Andrés Roca Rey, lidiando toros de San Miguel de Mimiahuapam, a partir de las 5 de la tarde.