Guanajuato, Gto.- El Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXIV Legislatura del Estado de Guanajuato comparte la gran preocupación que tienen los guanajuatenses por la crisis por la que atraviesa el país en estos momentos.
El tamaño del problema es tan grande, que no lo pueden dimensionar sólo aquellos que por intereses mezquinos, por necedad o por miopía social le den la espalada a la realidad de los hechos cotidianos.
Es tan grave lo que nos está pasando, que los especialistas en la materia lo comparan, en lo sanitario, a la epidemia de la llamada influenza española que en 1918 acabó con al menos 50 millones de personas; y en lo económico lo equiparan a la Gran Depresión de 1929.
Sin temor a la exageración, está en peligro la vida de los mexicanos y la supervivencia de muchas y muchos guanajuatenses.
Pero también está en riesgo la planta productiva y el empleo. Por tener que atender las medidas de contención y de mitigación que impone el combate al COVIT-19, las grandes, medianas, pequeñas y microempresas están cerradas.
El comercio está paralizado y sólo están funcionando las actividades que se consideran esenciales y que no podrían suspenderse, so pena de acelerar el colapso.
De persistir la suspensión de las actividades productivas, muchas de las empresas tendrán que cerrar de manera definitiva, porque no tienen para pagar la nómina, la renta y el stock en la semana de pascua.
Más del 90% de las empresas del País y de Guanajuato, representan el 52% del Producto Interno Bruto (PIB); pero lo más importante, generan más del 70% de los empleos formales y con registro en el Seguro Social.
Si no se les apoya, sobre todo a estas pequeñas unidades económicas, van a tener que declarase en quiebra antes de que termine este aciago mes de abril; e irán a la calle miles de jefes de familia.
Es una impresión generalizada entre los distintos sectores de la población, que el momento impone una política de estado, que ataque con estrategia, con eficacia y sobre todo con altura de miras el problema de salud general y de la economía que estamos sufriendo.
Las diputadas y los diputados del PRI en el Congreso local, como muchas ciudadanas y ciudadanos de todos los niveles y de todos los estratos de la población, esperábamos confiados que en el mensaje de ayer en la tarde, con motivo de su informe trimestral, el Presidente López Obrador iba a anunciar esa gran estrategia de emergencia nacional.
Pero con gran decepción y frustración recibimos un mensaje, sinceramente muy chiquito para un problema tan grande. Esperábamos apoyos fiscales a la planta productiva para mantener el empleo y nos encontramos con las consabidas recetas de aldeana austeridad.
Señor Presidente:
Al margen de ideologías y de afanes clientelares, México y Guanajuato están urgidos de que se les apoye con el diferimiento de sus obligaciones fiscales sólo por tres meses y que se les puedan brindar créditos para seguir abiertos después de la contingencia.
No piden FOBAPROAS. No quieren dádivas. No quieren regalos. Prometen que van a pagar.
De su decisión depende la supervivencia de la planta productiva y que se mantengan los empleos. De no brindar esos apoyos, su régimen estaría en el riesgo de pasar a la historia, como el gobierno del desempleo.
Si se reconvierte su plan de apoyo a la economía del país, toda la nación le estaría dando su apoyo, y de lo contrario, también, se lo estarían reclamando.