León, Gto .- Hoy en día la incorporación de la perspectiva de género en las empresas es un reto que no puede detenerse; pues su continuidad, hará posibles cambios verdaderos al interior de las mismas.
La participación delas mujeres en el trabajo considerado ‘formal’, cada vez es mayor; sin embargo, las condiciones laborales en muchos de estos espacios siguen siendo desiguales, en donde la violencia y discriminación está presente.
Es por esta razón, que desde el Instituto Municipal de las Mujeres de León (IMMujeres) se ofrece alas empresas incorporarse al Programa ‘Organización Leonesa Comprometida con la Igualdad de Género’ (OLCIG), que implica una capacitación encaminada a implementar políticas laborales en donde mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades.
El programa OLCIG es una iniciativa municipal que surge para prevenir y contrarrestar la desigualdad, discriminación y violencia que viven las mujeres dentro de las empresas.
Es así que, mediante talleres de sensibilización en ABC de género, conciliación: trabajo y familia y trabajo libre de violencia, se capacitó este mes a 70 colaboradoras y colaboradores de la empresa Ecodeli, dedicada al servicio y distribución de artículos para la limpieza.
Con el taller ABC de género, las y los participantes argumentaron que la violencia de género está presente en todas las dinámicas sociales, producidas y reproducidas a través de roles y estereotipos que normalizan la violencia y discriminación hacia las mujeres.
En el tema de Conciliación: trabajo-familia, se abrió un espacio de diálogo donde las y los colaboradores expusieron la importancia de la participación igualitaria en las labores del hogar y la atención de sus hijas e hijos; y cómo en su día a día, el trabajo que realizan fuera y dentro del hogar no es igual entre mujeres y hombres, siendo visible las dobles o triples jornadas laborales, principalmente en las mujeres.
En este tema, también se promueve que las empresas establezcan políticas de flexibilidad y servicios que apoyen a su personal en la atención de responsabilidades familiares.
“Las capacitaciones han permitido a las y los empleadores detectar situaciones de violencia en su personal, no solo en el espacio laboral, sino también en sus hogares, además de que hoy conocen los mecanismos de denuncia ante estas prácticas.
También, se adopta un lenguaje incluyente y se promueve la cero tolerancia ante actos de acoso sexual y laboral”. Señaló Dulce Rodríguez, encargada del área laboral del IMMujeres.
Actualmente la paramunicipal interviene con la empresa Here Technologies de León, dedicada al desarrollo de mapas y geo localización.
La implementación de este programa tendrá un impacto en su plantilla laboral conformada por 354 trabajadores y trabajadoras.
Por medio de 4 talleres virtuales bajo las temáticas de género, derechos humanos, conciliación familiar y trabajo libre de violencia.
Posterior a las capacitaciones las empresas implementan acciones internas, como la creación de un Comité de Género, uso de lenguaje incluyente en reglamentos y manual de inducción, lanzamiento de campañas internas para la prevención de la violencia contra las mujeres; y publicación de vacantes con perspectiva de género.
Como última etapa, el comité evaluador determina si la empresa conforme a las acciones realizadas se hace acreedora al reconocimiento físico o debe seguir trabajando en sus procesos.
Este reconocimiento tiene una duración de 3 años, posterior a este periodo, la empresa podrá si así lo desea, solicitar el proceso de recertificación.
Además de la intervención con el Programa Municipal OLCIG, el IMMujeres tiene las puertas abiertas para que empresas inicien procesos de capacitación de acuerdo con sus tiempos y posterior integrarles a OLCIG.
El año pasado, aún con la contingencia por Covid-19, el IMMujeres impartió talleres
virtuales al personal de Enerser, BADER de México, Here Technologies; y hoteles Fiesta Inn, City Plus y City Jr. Con un total de 525 personas capacitadas.
Incorporar estos procesos en la iniciativa privada, mejoran el clima laboral, previenen situaciones de violencia; y se promueven actividades igualitarias que abonan a una mayor productividad y competitividad de las mismas.
¡El cambio hacia una cultura laboral incluyente lo hacemos todas y todos!