21 de julio de 2024, San Miguel de Allende, Gto. La indómita carrera de uno de los cineastas más aclamados en el país fue revisada en el Centro Cultural Ignacio Ramírez «El Nigromante» con la charla sostenida entre el director, productor y guionista mexicano Arturo Ripstein y el también realizador Roberto Fiesco, en el marco de la vigesimoséptima edición del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
Ripstein se quitó el sombrero para agradecer los aplausos que recibió al abrir su charla. En casi dos horas, el prodigioso creador tocó temas relativos a su carrera profesional que llevaron a un auditorio completamente lleno a saciar su curiosidad por conocer más de sucesos ocurridos detrás de las cámaras de filmes como El lugar sin límites, La viuda negra o Recuerdos del porvenir. Además, compartió detalles sobre sus procesos creativos, que han dado forma a una notable filmografía que surgió hace seis décadas.
El director dijo que tuvo la fortuna de nacer en una familia cinematográfica, ya que esto le permitió conocer el oficio de cerca. En su proceso de aprendizaje, retomó conocimientos de otros grandes cineastas como Chano Urueta y Luis Buñuel.
Al respecto de su trabajo junto a grandes de las letras que cambiaron los libros por guiones para películas de Ripstein, el maestro expresó que siempre pensó que si uno se rodea de los mejores posibles y los dejas hacer su trabajo, las cosas salen mejor, porque cada uno se responsabiliza de su parte: “Nos gustan cosas que ni siquiera se filman o se piensan, los personajes y a qué huelen los cuartos; pero si lo tengo todo eso en un guión, lo que pasa es que cuando lo lee el equipo técnico y el talento todos estamos haciendo la misma película gracias a la precisión”.
En cuanto a la leyenda “negra” que corre sobre lo difícil que es para los actores trabajar con él, Fiesco puntualizó que, de ser cierto, no habría figuras como Patricia Reyes Spíndola que han aceptado volver a ser parte de sus elencos. A ello, Ripstein añadió que, a pesar de los actores y actrices que aceptan, hay varios que deciden no hacerlo, pero los papeles a interpretar en sus filmes están pensados desde la escritura y se revisan en la mesa de lectura en la que incluso los propios histriones aportan, a veces sin darse cuenta. “El trabajo de mesa consiste en escuchar, transformar y alinear, por supuesto, con los mejores actores posibles”.
Otro tema que surgió fue el de sus planos secuencia, que admitió que siempre le gustó desde que lo vio en otros filmes y “lo robó” porque “nada surge de la nada”, además de que le da la posibilidad de hacer una ondulación física (a diferencia de los cortes) y le da la estructura que permite a uno mismo conocerse “porque el arte tiene estructura, la realidad no”.
Algo que ocurre de forma similar con sus tomas en blanco y negro, pues el realizador admitió que desde que vio cine empezó a amar en blanco y negro y a odiar en blanco y negro. “Yo concebí mi carrera prácticamente todo en blanco y negro, no pude hacerlo por una serie de razones, pero salvo tres o cuatro películas que pensé en colores, lo demás lo pensé así. El blanco y negro son de una belleza asombrosa y lo pueden haber visto ustedes”. Finalmente, destacó que le dio mucho gusto, por ello, hacer su última película (El diablo entre las piernas) con esa paleta de tonalidad.
“Hacer cine es un juego muy obsesivo. Al hacer una película se te queda en la cabeza dando vueltas y solamente te la puedes quitar de encima haciendo otra película, para que la otra se vuelva obsesión. Entonces vamos haciendo películas para quitarnos la obsesión y la obsesión ahorita es El diablo entre las piernas”.
Después de la charla, se llevó a cabo la presentación del libro “Decálogo personal (de y sobre) Arturo Ripstein”. La publicación de Alfhaville (con apoyo de Eficine Distribución) reúne varios textos periodísticos referentes a los filmes que el propio Ripstein se dio a la tarea de elegir como favoritos de entre su vasto conjunto de títulos, tras preguntarle sobre las películas de su filmografía que sentía más cercanas a sí mismo, de acuerdo con la cubierta trasera. Destaca el capítulo dedicado a La mujer del puerto (1991) por ser escrito específicamente para el libro por Esteve Riambau, ex director de la Filmoteca de Cataluña.
De los más de 30 largometrajes que ha realizado el maestro durante su trayectoria, los 10 títulos que componen al “Decálogo personal (de y sobre) Arturo Ripstein” son: El castillo de la pureza, El lugar sin límites, El imperio de la fortuna, La mujer del puerto, Profundo carmesí, El evangelio de las maravillas, Así es la vida…, Las razones del corazón, La calle de la amargura y El diablo entre las piernas.
Homenaje nacional a un director transgresor
Previo a la llegada de Arturo Ripstein a la segunda sede de GIFF, el festival celebró una emotiva y significativa ceremonia en honor al gran exponente del cine mexicano. Este homenaje, que tuvo lugar en el Teatro del Bicentenario de la ciudad de León, destacó la impresionante carrera y el impacto duradero del director en la industria cinematográfica.
Ripstein, acompañado por su hijo Gabriel Ripstein y su esposa, la guionista Paz Alicia Garciadiego, se sintió complacido por la revisión a su carrera, previo a la entrega del galardón de Más Cine del GIFF y la Medalla de la Filmoteca UNAM, una de las preseas más importantes que entrega la Universidad, elaborada con plata pura extraída durante el proceso de revelado en el laboratorio fotoquímico de la Filmoteca.
Durante el homenaje, Ripstein recibió una ovación de pie por parte de los asistentes, entre quienes se encontraban actores y actrices como Arcelia Ramírez y Sylvia Pasquel, que participaron en algunas de sus películas. En su discurso de agradecimiento, expresó su profunda gratitud por el reconocimiento y compartió anécdotas al igual que reflexiones sobre su carrera y su pasión por contar historias a través del cine.
La ceremonia concluyó con la proyección especial de Profundo carmesí, en una versión restaurada que incluyó 17 minutos (tres secuencias) “inmorales” que fueron eliminados cuando se estrenó por primera vez en 1996.