Por Dr. Miguel Angel Díaz Delgado
IISUE-UNAM
El 29 de mayo del 2020 fue publicada la “Estrategia de Regreso a Clases Escalonada” en México y con ella un calendario escolar para la educación básica renovado, debido a las contrariedades por la pandemia del COVID-19. El ciclo escolar para preescolar, primaria y secundaria termina el 5 de junio y da inicio a un periodo denominado “Verano divertido”. Los periodos programados contemplan segmentos para la recreación, la realización de un curso remedial -con parcialidades de estudiantes- y un eventual regreso a clases el 31 de septiembre.
El regreso a las actividades escolares no solo será parcializado, sino también paulatino y sigiloso, dependerá del comportamiento de los contagios en las localidades; en resumen, si la localidad en la que se habita se encuentra en verde -en el “semáforo COVID-19”-, sus escuelas regresarían a los planteles, en caso contrario, la enseñanza se mantiene a distancia.
Más allá de los fines informativos de la estrategia, mismos que pueden ser consultados en distintos medios oficiales (1), subyacen algunas oportunidades de mejora del sistema educativo, cuyos problemas han sido ignorados durante las últimas reformas educativas, en décadas, no son cosa nueva, sino que evidenciaron exponencialmente los efectos nocivos que ya se venían padeciendo. Aquí se abordan siete necesidades permanentes, que podrían ser abordadas a partir de una estrategia nacional de mayor alcance e integralidad.
Reducir el número de estudiantes por grupo
El documento Panorama Educativo de la OCDE (2) puso en evidencia que en México el número de estudiantes por profesor rebasaba la cantidad media de los países del organismo internacional. Se recomendaba entonces la atención a 15 estudiantes por profesor, y desde 2014 se reportó que cada maestro en nuestro país atendía a 28 en promedio. Hoy día, la situación no ha cambiado.
Se puede demostrar empíricamente, que tanto profesores de primaria, como de secundaria en el país, atienden -sobre todo en áreas periurbanas- incluso, entre 45 y 50 estudiantes por grupo, un contrasentido tanto pedagógico como organizativo; no se puede aprender, ni enseñar con las condiciones adecuadas en salones atiborrados de estudiantes.
A partir del COVID-19 el sistema de educación pública debe implementar una estrategia contundente para reducir el número de estudiantes por grupo; ahora a la inviabilidad organizativa y pedagógica se suma el riesgo de contagio en salones hacinados. Dicha estrategia, seguramente implicaría la reubicación de profesores y estudiantes, además de la implementación de un manejo más adecuado de la movilidad escolar, cuestión que se explica a continuación.
Implementar un plan de movilidad escolar
El sistema educativo público, a diferencia de algunas instituciones de educación privada carece de un plan para la movilidad de la escuela. Las estrategias actuales carecen de imaginación; sobre todo en ciudades medias y grandes se han generado esquemas de recepción de estudiantes en automóviles, que entorpecen el tránsito en las comunidades y generan contaminación, elemento que agudiza los riesgos de contagio.
Los países que apuestan por la eficiencia de la movilidad implementan sistemas de transporte escolar en autobuses. Si en México se desarrolla un esquema para el transporte escolar, con un número de pasajeros adecuado para evitar contagios, destinándoles carriles preferenciales y adaptando horarios diferenciados entre niveles -preescolar, primaria, secundaria-, diversos servicios de autobuses escolares podrían ser aprovechados por la escuela pública, generando incluso, empleos en la comunidad.
No obstante, y sobretodo, una estrategia de movilidad eficiente requiere priorizar la movilidad por medios no motorizados, es decir, la transportación a pie, en bicicleta, entre otros. De hacerlo así, los desafíos también pasarían por garantizar la seguridad de quienes se transportan a la escuela, de una comunicación directa entre los planteles y las autoridades en la localidad.
Ampliar la cobertura de educación con base en las tecnologías
El problema central detrás de la falta de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) es la desigualdad económica, durante sexenios, el sistema educativo público había permanecido ajeno a las estrategias de abatimiento de la inequidad.
La presente administración está implementando programas -insuficientes por el momento- de apoyo a escolares y madres de familia en vulnerabilidad, pero se requiere también, de una estrategia para el acceso a las TIC´s, que dote de internet a cada hogar donde viva un estudiante inscrito. Esto representaría la unión de esfuerzos de las entidades públicas y organismos empresariales comprometidos socialmente.
Se trata de una estrategia ambiciosa, quizás de ensueño, pero a la vez impostergable.
La pandemia dejó sin acceso a las tareas escolares a millones de estudiantes sin internet o equipos de cómputo en casa (3), vulneró sus expectativas y condicionó sus alcances, las consecuencias por no invertir en la educación a distancia de los estudiantes de educación pública pueden ser irrevertibles.
Replantear la infraestructura escolar
El modelo más común de los edificios de la escuela pública hace tiempo fue rebasado; se enseña en perímetros rectangulares, con mobiliario inerte, poca ventilación y condiciones inadecuadas para el aprendizaje. Replantear la infraestructura escolar es importante, pasa por reducir el número de estudiantes, pero también, por pensar en la adquisición de muebles más cómodos, espacios más amplios y mejor distribuidos.
Muchas dependencias de la Secretaría de Educación en los estados y la federación cuentan con inmuebles que se han destinado a la alta y media burocracia, esa que se demostró durante la pandemia, puede ser reducida sin que suceda algo. Los edificios que hoy ocupan pueden ser destinados a las comunidades escolares y generar espacios escolares con infraestructura más ad-hoc para el aprendizaje del alumno de hoy.
Considerar las artes y la educación física como parte esencial de los currícula
La música, las técnicas escénicas, la pintura, el diseño gráfico, así como los métodos relativos a la educación física son las ocupaciones que han sacado a flote a la población durante la pandemia. Estas disciplinas, por cierto, son desdeñadas curricularmente en el sistema público de educación nacional; se les otorgan horas mínimas y se les considera complementarias, además de que el personal que ocupa dichas asignaturas carece de profesionalización e incluso, un sector importante de los mismos no tiene especialización.
La salud -emocional y física- y las artes están ligados. No debemos esperar a que ulteriores contingencias nos lo vuelva a echar en cara, urge transversalizar esas disciplinas y considerarlas esenciales en los currícula.
Fomentar la autogestión alimentaria de las comunidades escolares
En los años sesenta y setena del siglo pasado, la escuela -principalmente rural- fomentaba el trabajo en huertos escolares, desde los cuáles, las escuelas se abastecían de recursos para la alimentación comunitaria e incluso la venta de insumos.
Con la apuesta en políticas de Estado de urbanización depredadora y la pauperización del campo, todo lo que significara invertir en la gestión alimentaria se consideró de escuelas subdesarrolladas. Hoy, la cuarentena demostró que es importante apostar por la autogestión alimentaria en las comunidades, sólo esta característica puede evitar una carencia significativa de producción agrícola.
La escuela en este sentido, se vuelve un eje articulador, los predios escolares pueden dejar espacio para la gestión de recursos alimentarios de la comunidad, y de paso enseñar a los estudiantes a producir sus propios alimentos.
Disminuir la carga burocrática y las jerarquías escolares
Desde hace por lo menos dos decenios se han vuelto urgente disminuir cargos burocráticos en las esferas públicas de la educación. El periodo de cuarentena dejó en claro la obsolescencia de decenas de cargos en la burocracia escolar y la confusión que crea una organización centralista.
Es preciso, que en una nueva lógica generada por la crisis del COVID-19, empuje a que el sistema público se reorganice, que genere relaciones horizontales de toma de decisiones, reduzca la burocracia al máximo y dote de autonomía real a las escuelas; esto requiere de formación específica para el magisterio, la migración a plataformas digitales en el ámbito educativo, optar por modelos de liderazgo democráticos y la generación de nuevos cargos capacitados en TIC´s para la educación pública.
Aunque estas siete consideraciones puedan parecer utópicas en la cercanía, una estrategia nacional en escenario de crisis merece de una mirada transformadora, ambiciosa y estructurada, que parta del diagnóstico actual, que perpetuó por décadas las condiciones de inequidad y clientelismo institucional a través de lo educativo. El escenario de crisis desde el COVID-19 puede dar la pauta a la toma de decisiones tajantes, que rompan de una vez por todas con las ineficiencias del esquema público de educación básica.
Referencias
- https://www.proceso.com.mx/631001/regreso-a-las-aulas-hasta-que-el-semaforo-este-en-verde-sep
- https://www.inee.edu.mx/publicaciones/panorama-educativo-de-mexico-indicadores-del-sistema-educativo-nacional-2014-educacion-basica-y-media-superior/
- https://www.jornada.com.mx/2020/04/14/opinion/018a1pol
Contratendencia.
Crítica y desmitificación socioeducativa
Columna quincenal de análisis de la tendencia social y educativa global, expresa de manera ágil y con referencias manifiestas. Todo el público interesado puede acceder a ella, principalmente profesionales estudiantes e interesados en temas de Educación, Ciencias Sociales, Humanidades y Psicología. Se publica los lunes en el diario “Crónica Guanajuato”.
Biografía
Dr. Miguel Angel Díaz Delgado
Investigador del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación son el “liderazgo educativo”, la “formación de directores escolares” y la “educación internacional comparada”, ha publicado artículos académicos en revistas internacionales indexadas y los libros “Modelos de investigación en liderazgo educativo, una revisión internacional” y “Formación de directores escolares, comparación de programas internacionales en el contexto de la gestión”. El Dr. Díaz ha impartido conferencias en universidades e instituciones de Australia, Canadá, Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica y en todo México, actualmente es profesor de la Licenciatura en Pedagogía de la UNAM.