Humberto traza con la boca lo que crea con el corazón

Por Ivonne Ortiz

 

Humberto toma el pincel con la boca y suelta su imaginación: el descubrimiento de un talento lo mantiene vivo. Un accidente le cambió la vida hace 12 años; hoy cuenta su realidad desde una cama

«Lo tenemos de vuelta, si ustedes están agarrados de alguien o le están pidiendo a alguien porque se quede, síganlo haciendo porque aquí sigue», esas fueron las palabras que le dijo el doctor a la familia de Humberto Valdez hace 12 años. Un accidente lo dejó cuadripléjico cuando iba a una cobertura como fotógrafo. Hoy mira su pasado con menos dolor, entre pinceles y un caballete. Humberto se volvió un artista empírico que pinta con la boca.

Foto: Mario Armas

Hace tres años y medio Humberto tomó un pincel y guardó sus miedos para aventurarse a descubrir un nuevo talento. Además de ser fotógrafo no sabía que la pintura podría convertirse en su motivación.

Está inmóvil, parecía imposible imaginar que sería el creador de una de las playeras que trae puesta su hija. Un día tomó un pincel y «con trazos malos» que «poco a poco fue perfeccionando» ahora tiene una fuente de trabajo: vende playeras y gorras con estampados hechos con su boca, que van desde los 100 a los 200 pesos.

Foto: Mario Armas

«Empecé a ver tutoriales en Youtube para ver que materiales podía usar para usarlos en textil, las pinturas, los pinceles (…) No tenía miedo, sino que decía: se me va chorrear la pintura. Incógnitas como cuando uno empieza en la fotografía: no me va salir la foto. Son cosas raras, pero a la vez emocionantes»

Sentado en su cama, con un palillo en la boca apuntando a la computadora, Humberto comienza a crear los diseños para las playeras o las gorras. Todo empieza en el monitor. Revisa los pedidos y hace las plantillas. Abre la boca, toma el palillo, y mantiene el equilibrio, esto se ha vuelto una rutina, una rutina que ante los ojos de los demás parece bastante difícil, pero que el artista de 45 años ya domina.

«Empecé fallando, con trazos malos pero poco a poco fui perfeccionando, ahorita ya me siento más desahogado, más seguro al pintar una prenda, digo: me va salir bien».

Después de la creación del diseño sus hijas lo sellan en las prendas y se las llevan apoyadas en un caballete. Ahí comienza el trabajo de Humberto, se pone el pincel en la boca y rellena las letras y dibujos.

Foto; Mario Armas

 

Las hijas de Humberto entran y salen de su habitación para ayudarle en cualquier cosa que necesite: mover la cama, apoyarlo para sostener su brazo, traerle comida o agua. Su cuarto está al fondo de una casa de una sola planta, pero profunda, en la colonia Lourdes. En las paredes que están junto a su cama hay fotografías colgadas que hablan de su trayectoria, portadas de periódicos locales con su nombre. El hombre de la cámara es ahora el hombre del pincel.

Foto: Mario Armas

LA RESISTENCIA DE SU NEGOCIO

Lo increíble es que Humberto ha sabido usar las redes sociales a su favor, se convirtió en su propio community manager. Creó la página de Facebook Causa ‘Juntos Podemos’ y ya lleva más de 800 seguidores. La mayoría de sus clientes están en las redes, cuenta, pues ha sabido manejar las fotos y videos de su trabajo para robar la atención de los internautas. Además de los mensajes motivacionales que lo han convertido ya en una personaje.

Humberto parece estar contento con la respuesta de las personas, con una sonrisa confiesa las buenas ventas previas al Día del Padre.

Lo que empezó como un azar se convirtió en un negocio que poco a poco va tomando forma. Humberto se siente satisfecho desde que la pintura le roba el tiempo.

«Me gusta estar pincelando por horas porque me cansa, y me siento satisfecho porque hice algo productivo, antes, pues por muchos años me la pasaba en el internet».

Su talento ha llegado a los oídos de otras personas en su misma condición, que ahora intentan hacer lo mismo. Sin querer, Humberto está a punto de cumplir una de sus metas: dar conferencias motivacionales.

«Es bonito saber y sentir que trate de motivar a más gente a que si quieren hacer algo lo hagan, sin importar las limitaciones, nada perdemos con intentarlo. Puedes pintar una cosa, puedes pintar otra, y al final de cuenta vas a lograr resultados».

Foto: Mario Armas

EL ACCIDENTE QUE LO MARCÓ

Humberto recuerda el  7 de junio del 2009 a la perfección. Ese día iba a cubrir un evento del candidato del PAN Ricardo Sheffield, quien contendía por la alcaldía de León. Él y su compañero reportero iban a la comunidad Nuevo Valle de Moreno, Humberto iba manejando una camioneta, pero lo único que recuerda es que perdió el control.

«Yo llevaba el vehículo y no sé, de repente por la gravilla yo frené poquito y la camioneta se me empezó a mover de un lado para otro, yo la movía y la camioneta se iba para otro lado, perdí el control, se volcó y es lo que recuerdo».

Foto: Mario Armas

 

Dice que despertó en el lugar del accidente, pero luego se dio cuenta que estaba en un hospital. «Ya no supe de mí por días, muchas semanas, de hecho me tuvieron que inducir al coma por lo grave que estaba, fueron días muy muy difíciles».

Humberto sufrió un paro cardio respiratorio que «lo mató». Los médicos ya tenían la hora del fallecimiento, estaban a punto de hacer un acta de defunción, pero en ese momento ocurrió un «milagro», dice el artista.

«Llegó un doctor desesperado, salió bañado en sudor de la reanimación que me estuvo dando, y les dijo (a su familia): lo tenemos de vuelta, si ustedes están agarrados de alguien o le están pidiendo a alguien por qué se quede, síganlo haciendo porque aquí sigue».

«LO QUE ME VIENE»

El fotógrafo sobrevivió, pero no supo que quedaría inmóvil. Sus familiares fueron quienes recibieron la noticia de su condición, quedaría cuadripléjico, sin ningún movimiento del cuello hacia abajo.

«Empecé a saber de lo que yo iba a vivir tres años después, hasta que empecé a agarrar la computadora, porque durante dos años yo no quería saber nada, estaba por los suelos, mi ánimo, todo. Iba a rehabilitación, yo pensaba que iba ser rápido esto: en dos, tres años voy a estar de pie. Hasta que empecé a ver lo que era una lesión medular, que había gente que llevaba 25, 30 años y nada».

Foto: Mario Armas

«Ahí también yo entré en una crisis de depresión, dije: lo que me viene».

Al grado de decirle a su esposa que lo ayudara a morir, el ánimo de Humberto había tocado fondo. Su esposa se negó y hasta ahora lo sigue haciendo, pues Humberto confiesa que ese pensamiento aun ronda por su cabeza. «A pesar de que ya me siento productivo, aun así hay momentos en los que les pido que me ayuden a morir, pero nadie lo va hacer».

Los días son difíciles para el artista, pero su familia está ahí, con él. Cada mañana significa mantener un motivo para vivir, por fortuna la pintura le ha sembrado una esperanza, y sus allegados lo apoyan en el camino.

Foto: Mario Armas

«Sigo aquí batallando, echándole ganas».

El mensaje de Humberto es conciso: la vida le enseñó a no rendirse, y eso es lo que aconseja a las personas que tienen su condición o complicaciones de salud.

«Decirle a la gente que tiene alguna limitación, alguna discapacidad, enfermedad, que no se dejen vencer y que luchen lo más que puedan».

Si quieren conocer el trabajo de Humberto pueden visitar su página de Facebook y mandarle un mensaje.

Foto: Mario Armas