Apoyar al teatro independiente desde la educación, ¡última llamada!

Apoyar al teatro independiente desde la educación, ¡última llamada!

Por Dr. Miguel Angel Díaz Delgado

IISUE-UNAM

Las artes han sido esenciales para sostenernos durante la cuarentena. Quienes hemos tenido la oportunidad de confinarnos -aunque fuera parcialmente- recurrimos como nunca a series televisivas, cine y música que aportan a mantener en pie el estado de ánimo y la esperanza en nuevos comienzos a partir de la pandemia.

Sin embargo, nada sustituye al teatro; disciplina esencial, que más allá del entretenimiento, tiene la propiedad de generar la reflexión activa, la crítica sustanciosa y la experimentación de nuevas técnicas performáticas, y que además, tiene el potencial de rebasar la mera mitigación social ante la crisis, y puede aportar a la consciencia colectiva, e incluso otorga la posibilidad de transformar nuestra posción ante el mundo y las circunstancias que vivimos.

Incluso antes de la pandemia, hacer teatro en México, sobre todo teatro alternativo, cesudo, crítico, el independiente, es una apuesta generalmente altruista y casi siempre orillada a la desafección patrimonial. Nuestros artistas del entablado se sostienen de becas otorgadas por organismos públicos y por la incesante generación de proyectos teatrales, puesto que la taquilla o los patrocinios suelen ser raquíticos si se les compara con la inversión en tiempo y esfuerzo profesional de las puestas en escena.

Nada tan autogestivo como los grupos teatrales independientes, que han sabido sobrevivir a pesar de la escasa transparencia en el uso de los recursos en las instituciones de cultura, los chantajes de grupos de poder universitarios que ceden recursos y espacios teatrales de manera favoritista, de las presiones electoreras desde los gobiernos en turno y de la limitada audiencia en la mayoría de las plazas de la República.

Ante los efectos económicos del COVID-19 se agrava la vulnerabilidad de la escena teatral independiente (1). Los espacios para hacer teatro están cerrados, lo mismo que las ventanillas para entregar proyectos y propuestas nuevas, además de que al regreso a la “nueva normalidad” las medidas sanitarias requieren de aforos más limitados e inversión en espacios ampliados que generarán gastos imprevistos a las compañías que, ya de por sí, se desenvuelven en las condiciones descritas.

Algunos grupos teatrales ya pusieron manos a la obra. Transmisiones en vivo, foros en redes sociales sobre la situación actual del teatro, puestas en escena en azoteas con accesos limitados, entre otras iniciativas (2) están reactivando la imaginación de los teatreros, sin embargo, es preciso que desde la educación, también se emprendan algunas acciones de soporte a los grupos teatrales; acción de la cuál, sin duda las instituciones educativas saldrían también beneficiadas.

Una de tantas ideas puede ser la inclusión del teatro en los currícula regulares. La educación tradicional ha preferido la enseñanza mecanicista de contenidos, desestimando el efecto educador, civilizador y culturizante del teatro. La inclusión del teatro a través de asignaturas y de contenidos transversales curricularmente de forma sostenida, aportaría a la reimaginación de la didáctica en la escuela. Las compañías de teatro independientes pueden capacitar a profesores, diseñar contenidos,  e incluso impartirlos, cuando menos de manera provisional, en lo que pasan los efectos económicos más fuertes de la crisis.

Otra idea es la puesta en escena en escuelas. El teatro puede precisarse como una altermativa para el desarrollo personal, la creatividad, e incluso, para el aprendizaje del estudiantado, características requeridas en todos los planes de estudio escolares. Guardando todas las medidas de distanciamiento es posible pensar en puestas en escena paulatinas y rotativas en escuelas, aquí, las compañías de teatro pueden poner en práctica lo aprendido sobre la adecuación de locaciones y la implementación de medidas de sanitización y distanciamiento de espacios para evitar contagios.

Una última idea es la concesión o compra de material videograbado a las compañías teatrales. Algunas compañías de teatro han videograbado obras, mismas que pueden ser usadas por las distintas asignaturas escolares para el tratamiento de contenidos; éstas pueden ser almacenadas en las videotecas y bibliotecas de los planteles y/o pueden ser poporcionadas a los estudiantes para su análsis y disfrute desde casa, ante un eventual confinamiento posterior.

Estas y otras ideas más, que pueden venir desde las compañías y las escuelas podrían anticiparse ante una eventual o más bien, ya sentida crisis en que se ven envueltas las escenas teatrales independientes de nuestro país (3). No se puede esperar mucho tiempo, la última llamada para apoyarles desde el ámbito educativo se ha anunciado ya (4).

 

Referencias

 

Contratendencia.

Crítica y desmitificación socioeducativa 

Columna quincenal de análisis de la tendencia social y educativa global, expresa de manera ágil y con referencias manifiestas. Todo el público interesado puede acceder a ella, principalmente profesionales estudiantes e interesados en temas de Educación, Ciencias Sociales, Humanidades y Psicología. Se publica los lunes en el diario “Crónica Guanajuato”.

 

Biografía

Dr. Miguel Angel Díaz Delgado

Investigador del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación son el “liderazgo educativo”, la “formación de directores escolares” y la “educación internacional comparada”, ha publicado artículos académicos en revistas internacionales indexadas y los libros “Modelos de investigación en liderazgo educativo, una revisión internacional” y “Formación de directores escolares, comparación de programas internacionales en el contexto de la gestión”. El Dr. Díaz ha impartido conferencias en universidades e instituciones de Australia, Canadá, Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica y en todo México, actualmente es profesor de la Licenciatura en Pedagogía de la UNAM.