El Ballet Liaoning de China conmueve en el Cervantino

La compañía de Ballet Liaoning de China se presentó en el Auditorio del Estado dentro del marco del Festival Internacional Cervantino donde personificó Espartaco que dejó  una experiencia de amor y de perfección, donde Ao Dingwen personificó una Frigia que logró transmitir el dolor y desconsuelo ante la muerte del líder que inició la rebelión más grande contra el imperio romano, pero que para ella era el amor de su vida.

Ma Ming, de 28 años, fue el Espartaco que con fuerza y congelante precisión que sigue los pasos a la perfección impuesta por el Bolshoi con una coreografía que Yuri Grigorovich llevó al Teatro de Moscú en los años 60 y que del 8 al 11 de octubre se presenta en la 43 edición del Festival Internacional Cervantino.

El escenario del Auditorio del Estado recibió a los 56 bailarines dirigidos por Qu Zijiao, experimentada bailarina del país asiático que pertenece a la compañía desde 1980, donde ahora se ha convertido en una fuente de bailarines clásicos que comienzan su carrera a los 10 años.

Lv Meng personificó a un robusto Crassus, símbolo de la injusticia y la opresión del gran imperio con robusta solidez física y técnica.

Yu  Chuanya, en el papel de Aegena, seduce en el escenario con dotes de elegancia y erotismo.

Espartaco es una de las piezas de ballet clásico de la escuela rusa de ballet, creada en 1956 por Aram Kachathurian y cuya coreografía fue rediseñada por Yuri Grigorovich unos años más tarde para el Bolshoi, en Moscú. Está inspirada en el esclavo que se rebeló contra el imperio más grande del mundo, como símbolo de la lucha del proletariado ante la dominación del capitalismo.

Se convierte en héroe al levantarse en armas junto con otros esclavos contra la opresión del tirano romano Crassus en defensa de su amor por Frigia. Lo enfrenta en batalla dando muestra de nobleza, pero le perdona la vida dejando la cicatriz de la humillación.

El fuego vivo de la herida es avivada por Aegena, quien inyecta en el Crassus el deseo de venganza y ambición. Este elemento se combina con la deserción de algunos rebeldes ante un Espartaco que no supo contenerlos y que terminan seducidos por el vicio y la muerte inminente.

El ballet del país asiático dio muestra de una promesa de tradición del baile clásico, con la ligereza corpórea de las bailarinas en el escenario y la precisión en la ejecución de solos de los bailarines principales.

La leyenda de Espartaco que nació en la época del imperio romano y que inspiró el ballet creado por Aram Khachaturian en los tiempos del socialismo soviético sigue viva en nuevas generaciones de bailarines chinos en cumplimiento al ruego de Frigia al cielo, que su héroe viva por siempre.

Foto: Mario Armas
Foto: Mario Armas