Analfabetismo digital y polarización en redes por el COVID-19

Contratendencia.

Crítica y desmitificación socioeducativa 

Por  Dr. Miguel Angel Díaz Delgado, IISUE-UNAM

Un logro de la sociedad mexicana en los últimos años ha sido la politización ciudadana expresa en redes sociales. Los “medios tradicionales” de comunicación han sido paulatinamente desplazados por el acceso a la información on-line, un cambio en las lógicas de referencia de nuestro país, que adopta a Facebook y Whatsapp (1) como sus principales manantiales.

 

Para delimitar este efecto, hay que considerar que la utlización de medios digitales en el país, aún muestra limitaciones de acceso y empleamiento. Si bien, el número de usuarios de las redes sociales en México es creciente -cercano a los dos tercios de la población-, existe una gran desigualdad en su disponibilidad, ya que el perfil predominante es de orígen urbano, pero sobre todo, es de destacar que su utlización es mayoritariamente recreativa (2).

 

Aunado a ello, en un país donde la lectura está lejos de ser una afición nacional, muchos de los que utilizamos las redes para obtener información somos mayoritariamente atraídos, nos estancamos y convertimos en reproductores de ideas apenas leídas en encabezados dramáticos y dogmáticos; los usuarios de redes de México difícilmente leemos las notas completas, menos analizamos la información contenida y ni qué decir de buscar testimonios complementarios, tampoco contrastamos el contenido, ni relativizamos la opinión con la genealogía de la fuente o el opinador. Somos un meme de lectores digitales.

 

En el entorno de la pandemia global del Coronavirus (COVID-19), tal analfabetismo digital (3) está siendo inoportunamente utilizado por grupos de interés que “se suben al tren” de la necrofilia informativa (4) y generan enojo y animadversión, a través de noticias falsas y opiniones desinformadas o maliciosas, un escenario de polarización política inducida.

Foto: Mario Armas

Los principales artífices son [a] una oposición política sin legitimidad -curtidos en la opulencia, la discresionalidad y la corrupción en sus turnos al poder-, [b] grupos empresariales de élite -acostumbrados a dictar las políticas públicas como asunto de la propiedad privada-, [c] comunicadores y opinólogos alineados con ambos, además de [d] “influencers” de la farándula y el deporte, francamente mediocres en sus actividades individuales. Los usuarios, disfuncionalmente accedemos y discutimos vía comentarios, sus malhadas publicaciones y reducimos nuestra capacidad de participación política en redes al momento de seguir acríticamente las tendencias de opinólogos cretinos.

 

Durante la cuarentena por el COVID-19 -lo digo desde el privilegio- se ha generado hartazgo y confusión por la letanía de noticias falsas que se han adueñado de nuestro interés, de las tendencias y de nuestro sentido del humor, casi todas divulgadas por medios necrofílicos y entes políticos, artistas o deportistas de bajo desempeño pero alto alcance. Sin embargo, esas publicaciones no se esparcen solas, las “postean” nuestros contactos, quienes por ingenuidad, analfabetismo digital o quizás, e incluso -¿por qué no sospechar?-, por la misma mezquindad de quienes la originan.

 

¿Queda alguna alternativa?

Recordemos que en las redes uno elige medianamente el contenido que desea tener acceso; los informantes u opinólogos necrofílicos reducen su alcance en la medida en que los dejamos de seguir, si obviamos compartir sus contenidos y si evitamos comentar lo que publican; sin embargo, si aún deseamos ser incluyentes en acudir a los polos de opinión, tenemos una opción más, aquí algunos puntos para no engancharse.

En cuanto a la lectura de notas en redes, es preciso -ni modo- acceder a una lectura completa, y en caso de hacerlo, por lo menos, ejercer una lectura panorámica del texto.

Para reconocer si la información publicada es fidedigna, es preciso verificar fuentes alternas, ya que por más expedita que sea la publicación, habrá sin duda, otro medio que informó algo relacionado. Así evitamos compartir una noticia no verificada.

 

En tanto las opiniones, es preciso observar quién lo dice, de qué manera, inferir cuál puede ser la intención de la misma, contextualizar con el entorno, pensar en cuál es la intención de emitir cierta información, de qué manera se inserta en las finalidades de quienes la ejercen. No olvidemos que en este contexto, la opinión en redes es también un cabildeo político e incluso económico.

Si uno de nuestros contactos publica una noticia u opinión, antes de comentarla y compartirla o reaccionar, hay que cerciorarnos de la confiabilidad y orientación del medio que la publica, así como consultar la fuente de origen en la medida de lo posible. Acceder a información de mayor calidad requiere, como se puede ver, de un ejercicio más agudo y metódico, pero, la responsabilidad y desafiarnos a aprender de una nueva didáctica digital, está de por medio.

 

Fuentes consultadas

 

Contratendencia.

Es una Columna de Crítica y desmitificación socioeducativa 

Columna quincenal de análisis de la tendencia social y educativa global, expresa de manera ágil y con referencias manifiestas. Todo el público interesado puede acceder a ella, principalmente profesionales estudiantes e interesados en temas de Educación, Ciencias Sociales, Humanidades y Psicología. Se publica los lunes en el Sitio Web “Crónica Guanajuato”.

 

Biografía

Dr. Miguel Angel Díaz Delgado

Investigador del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación son el “liderazgo educativo”, la “formación de directores escolares” y la “educación internacional comparada”, ha publicado artículos académicos en revistas internacionales indexadas y los libros “Modelos de investigación en liderazgo educativo, una revisión internacional” y “Formación de directores escolares, comparación de programas internacionales en el contexto de la gestión”. El Dr. Díaz ha impartido conferencias en universidades e instituciones de Australia, Canadá, Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica y en todo México, actualmente es profesor de la Licenciatura en Pedagogía de la UNAM.